sábado, 5 de noviembre de 2011

De lago de Capos a Santuario de Garzas

Por: Edwin Rodriguez

PUBLICADO: PanaTocumen

panatocumen@hotmail.com     /     Twitter: @PanaTocumen 



Es un sublime atardecer de invierno  en Higueronal, con toda la  belleza, la  frescura  y la calma que puede deparar la estación. La naturaleza plenamente abierta, se siente satisfecha de sí. El río, que lleva el mismo nombre,  porque en sus  riveras  el árbol de higuerón es la constante,  donde en ocasiones   se pueden divisar, entre otros animales, algunas  manadas de monos aulladores  que se alimentan  del fruto de este boscaje.
Este pueblo de la región    de Chepo, Panamá, fue fundado a inicios de la década de los setentas, por hacendosos colonos de diversas provincias; Su  crecimiento ha sido impresionante. Estas zonas   también fascinaron  la atención  de un emigrante colombiano y su familia, que decide adquirir una finca colindante al río, la que más tarde bautizara con el nombre de   “La Porcelana”.
El potentado, pronto se dispuso a transformar la finca y la vivienda que poseía esta propiedad. Así pues, reparó las cercas; limpio la maleza; sembró pasto mejorado; levanto establos; compro ganado;  caballos peruanos y colombianos de paso. También,  cierto  día, ordenó   cavar, un gran   terreno a la orilla del río para un lago en cuyo  medio dejó un altozano en forma de isla.
Cuando el río Higueronal creció, la  gran excavación    se lleno de agua  y la isla emerge  en el centro de este. Allí erigieron un rancho, con  votes se  transportaban desde la orilla hasta la islita.
En verdad, el paisaje, del lugar, se tornó  maravilloso.
A lo lejos se veían las extensas fincas donde   pastaban los caballos y   los hatos de ganados cubiertos  por  grandiosas  colonias   de  garzas   blancas, como es común donde pastorean  estos animales, vigiladas, desde las copas de las    palmeras, por sagaces gavilanes.
Hoy día, el lago existe, no obstante, la realidad es otra, el  abandono supino de la finca, y sobre todo del embalse, ha  permitido  que la naturaleza, poco a poco vaya reforestando lo que un día fuese suyo.
Los lagartos, conejos ponchos, tilapias entre otros animales, cada vez más,  han ido poblando    este artificial  balneario. El rancho que fue construido en el centro del lago y sus alrededores están cubiertos de una espesa vegetación, que sirve de nidales de las garzas blancas que deambulan por las  cercanías de higueronal.
 Las garzas, Son  frecuentes y diversas en esta  región; En algunas especies,  hay poblaciones, que viven, todo el año en zonas tropicales, sin vagar muy lejos de donde anidan, son sedentarias. En su comportamiento, las garzas demuestran afinidad al agua, sea dulce o salada. Por lo que este lago conforma un santuario  ideal.  Anidan    próximo al agua; en los matorrales y árboles que crecen sobre o contiguas al mismo.
Hay algunas garzas que son esbeltas y las vemos paradas por el día, al descampado próximas al lago. Sin embargo, existen otras de hábitos nocturnos que son más activas durante las horas crepusculares y de la noche, aunque se les ve ocasionalmente por el día. Mientras que otro buen número de estas aves optan por vivir entre la maleza y pasan por desapercibidas la mayor parte del tiempo. O bien porque no salen a donde se les pueda ver o porque su plumaje exhibe un excelente camuflaje.
Normalmente anidan una vez por año, aunque algunos miembros de ciertas especies intentan y logran criar dos veces por año. El nido de todas ellas usualmente es construido de ramas o hierbas que entretejen a las ramas de un árbol, arbusto o entre la hierba alta que crece próxima al   lago.  No es un nido muy elaborado, más bien de construcción rudimentaria. Algunas garzas anidan solitarias, otras en colonias de su propia especie o de varios ejemplares  de aves. La nidada varía de uno o dos huevos hasta siete u ocho, es posible que hasta diez, Y los pichones, nacen desplumados o con muy pocos plumones y totalmente dependiendo de los padres. Despierta curiosidad, que las garzas, elijan los arbustos que tienen su tronco sumergido en el agua y  que crecen en el pantano infestado de cocodrilos. Parece cruel, pero en realidad es una forma de estar muy seguras, ni serpientes, zorras  o mapaches van a subir por el tronco del árbol. Las encontramos siempre en este lugar que para nosotros es  casi inhóspito. Lo único que de vez en cuando se pone a prueba el dicho aquel que son los más adaptados los que sobreviven, porque el pichón que no logre volar en el primer intento, ¡sus  vecinos lagartos no le conceden una segunda oportunidad!, o  ¡perecen ahogados!
Casi  todas las garzas son carnívoras; Expertas   pescadoras; el resto son de hábitos insectívoros. Aunque todas ellas demuestran estar muy dispuestas a variar su dieta si algún anfibio u otro animalito apetitivo atraviesa su camino. Hay algunas especies que con frecuencia complementan su sustento con los pichones de otras aves. Las águilas y halcones son los más despiadados enemigos, pues en ocaciones, son cazadas en pleno vuelo o devoran los huevos y sus indefensos polluelos en el nido.
Definitivamente, ¡nadie sabe para quien trabaja!, de hecho,  el 10 de enero del 2004,   sorprendentemente, capturaron  al patrón de la renombrada finca La Porcelana   "de Higueronal; El afamado Mocho" como le apodan por una malformación en su brazo izquierdo, le pusieron fin, a la dinastía.
Así pues, las garzas, seguirán recorriendo Y PONIENDO día a día, en la desolada finca, entre caballos salvajes, agro-químicos  y sus enemigos naturales que las asechan permanentemente en el lago. Hay quienes  conjeturan ilusionadamente, quizás influidos   por la célebre  novela Colombiana  “El capo”, que: Debajo del estanque,  ¡existe una PRESUNTA  caleta!, ¡repleta  de dinero!...


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