Edwin Rodríguez
Poco o nada conocen nuestros estudiantes de las inversiones y su importancia en nuestro País y Sumado a eso, un desconocimiento prodigioso de la geografía e historia Nacional, de nuestro canal y sus puertos al igual que las potencialidades y los beneficios.
No obstante, En cierta ocasión en un paseo, un maestro, le pregunto a sus alumnos, donde quedaba el norte y hacia donde estaba el sur y todos al unísono señalaron en direcciones desiguales.
Sin embargo, la conclusión de esta experiencia es muy clara. Quienes desconocen su ubicación en el terreno que pisan, definitivamente, no saben a dónde van.
Por ende, La vida no tiene sentido si no tenemos orientación clara, metas y rumbos definidos. Muchas de las cosas que se enseñan hoy día en la escuela realmente resultan de inutilidad al estudiante.
En tanto, casos patéticos viven a diario nuestros educandos en colegios en donde limitadamente, se habla sobre valores, vagamente, se practica la oratoria y la poesía, tampoco se enseña la importancia del agua para la vida, casi no se inculca el civismo y amor a la patria, mucho menos se despierta el interés ni la estimulación por la lectura.
El Pedagogo de hoy, vive un supino desinterés, apatía y poco importa por nuestros educandos; la ausencia de vocación que debe distinguir a los educadores es irrefutable.
Así pues, podríamos sumar innumerables falencias del método enseñanza aprendizaje en las escuelas públicas y privadas, en donde existe una preocupación por las formas más que por los contenidos de fondo.
Por otro lado, nos encontramos con ciertos docentes que muestran inapetencia por la lectura, nunca han sentido el placer de leer a Cervantes, García Márquez o Vargas Llosa. En consecuencia, educamos a estudiantes padeciendo desgano colectivo hacia la lectura. Decía el Dramaturgo y medico Francés: William Somerset Maugham: “Adquirir el hábito de la lectura y rodearnos de buenos libros es construirnos un refugio moral que nos protege de casi todas las miserias de la vida”.
Mientras que, los alumnos, no se den cuenta que aprobar por meramente cumplir es contrario para su porvenir tendremos un futuro generacional de personal inútil e incapaz, no de ciudadanos de bien.
POR ELLO, es indispensable recuperar la conciencia crítica por parte de los responsables de la política educativa. A ello puede ayudar una reflexión de la propia comunidad educativa de modo paralelo. Es preciso tomar conciencia de que sociedad, instituciones, educadores, padres y alumnos son realidades distintas aunque relacionadas.
Finalmente, el sistema educativo Panameño debe cumplir unos niveles adecuados de estándares de calidad y tener una permanente vocación de mejora y adaptación a las demandas de su entorno, al servicio de un Proyecto Educativo preocupado por la formación integral del alumnado, que cuente con el apoyo, el respaldo y el compromiso de la comunidad educativa Panameña.
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