miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Túnez, Egipto; y Después ?

Texto: Edwin Rodríguez
PUBLICADO: Periódico la Estrella de Panamá
edwinhr2332@hotmail.com


Es usual que cuando alguien vive uno de esos momentos difíciles donde las adversidades sobrevienen una tras otra, se diga que le han tocado "las siete plagas de Egipto".
 Quizás esto ES LO QUE PIENSE Hosny Mubarak en estos precisos instantes. Pero poco conocemos de estas calamidades. Para comenzar, no son siete sino diez, ignorándose por qué el dicho popular las redujo..
Son bíblicas y se originan cuando Yahveh, Dios para los hebreos, envía a Moisés y Aarón a convencer al faraón egipcio que permita emigrar al pueblo de Israel. El monarca se niega y, en cada una de esas negaciones, se le envía un castigo.

 No obstante, en nuestros días, Los ciudadanos Egipcios, han tomado la voz de la protesta para expresar su reclamo a un gobierno que ha sobrevivido a las distintas “olas democratizadoras” que se han vivido en el mundo, las cuales datan de finales de los ochenta, mediados de los noventa y comienzos del nuevo milenio, pues su actual presidente Hosni Mubarak ha estado en el poder desde 1981, sumándose su quinta reelección en noviembre del 2010, en un país que sólo ha tenido desde 1953, año en que se derrocó a la monarquía egipcia, cuatro presidentes.

El principal motivo por el cual Mubarak ha tenido la venia de Occidente y los países árabes para mantenerse en el poder ha sido que éste líder logró crear cierta estabilidad en un país cuya ubicación es estratégica para el mantenimiento de un equilibrio de fuerzas entre el mundo árabe, los africanos y los judíos.

Fue además un aliado importante de EEUU, quien ha negociado financiamiento militar a cambio del mantenimiento de la paz en una de las zonas políticamente más inestables del planeta; en un país que fue de los precursores del movimiento antisemita en Medio Oriente y que se opuso a la creación de Israel en su actual territorio, que incluso lideró ataques a éste durante los sesenta y setenta, siendo el último episodio de conflicto la también llamada “Guerra del Yom Kipur” de octubre de 1973, donde el entonces presidente de Egipto Anular El Sabat decidió que era mejor acercarse a Occidente y mantener la paz con Israel que seguir la línea soviética, pues el contexto internacional era de gran efervescencia como consecuencia de la Guerra Fría.

Pero esos eran otros tiempos, hoy en día Egipto es un Estado que exige el establecimiento de un orden democrático que no responda directamente a los intereses de potencias extranjeras, sino que vele por el mejoramiento de la situación de los más de 80 millones de habitantes con los que cuenta, quienes deben vivir con un ingreso percápita de 6,200 dólares, en un país donde de acuerdo con datos oficiales más del 20% de la población se encuentra por debajo de la línea de la pobreza.

Los disturbios hasta el momento han cobrado la vida a decenas de egipcios y han dejado a cientos de heridos. Los jóvenes son el grupo que ha manifestado con mayor fuerza su repudio por la falta de tolerancia, pluralidad y respeto de la decisión de la mayoría a favor de un régimen que logró su permanencia gracias a su sumisión con EEUU.

Ante la ausencia de control y de apoyo ciudadano hacia el presidente Mubarak, uno de los personajes que ha ejercido su popularidad y responsabilidad es Mohamed Elbaradei, quien cuenta con intachables credenciales al haber sido galardonado con el premio nobel a la paz en 2005 y que fuera director de la Agencia Internacional de Energía Atómica. El carisma de Elbaradei nos hace pensar que este líder egipcio podrá organizar una transición política en paz, la cual se encuentra actualmente estancada ante la negativa del gobierno de hacer explícita la renuncia de Mubarak, quien ha cambiado de gabinete e impulsado una serie de políticas sociales para tratar de dar respuesta a un movimiento social cuya petición principal es la salida de éste.

 Finalmente, Contrario a lo que ha sucedido en Europa del Este, América Latina y el Sureste de Asia, el mundo árabe fue inmune a la tercera ola democratizadora que surgió en las últimas dos décadas del siglo pasado.
Luego de lo acontecido en Túnez y si la revuelta logra debilitar a Mubarak en Egipto, se ve la posibilidad para que en estos países se instauren regímenes democráticos liberales. Ambos países tienen a su favor la existencia de una clase media urbana educada, que ha entendido las ventajas del Estado laico, encarnada en estos jóvenes que se rebelaron, y que puede generar la transición hacia un régimen más tolerante y abierto a la participación.
Lo importante, sería saber después de Túnez y Egipto ¿ahora a quien le tocará el turno?

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