sábado, 16 de junio de 2012

La Familia Ante la Tecnología


La Familia Ante  la Tecnología

Por: Edwin Rodríguez

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La tecnología en muchos casos contribuye con la falta de comunicación y convivencia entre  los miembros de la familia. 

Estaba en un restaurante hace unos días, Almorzando, como siempre con una compañera del trabajo.

Por mi condición de no vidente, ella me explica a baja voz: La mesa de al lado la ocupa una pareja de mediana edad con un niño de unos 10 años. El padre se la ha pasado todo el almuerzo trasteando su teléfono móvil, sin dirigirles apenas la palabra a la mujer y al niño. Incluso cuando le sirven el plato, él sigue comiendo y jugando con el celular. La mamá mira ausente al techo mientras el niño se divierte jugando con una consola de video-juegos.

La pareja ha pasado todo el rato sin hablarse ni mirarse. A lo sumo un “Pásame la sal”.
 Supongo que una década de matrimonio hace mella... pero ¿qué desperdicio, no? Para estar así mejor quedarse en casa y ahorrar dinero… dice mi compañera.

 En nuestros días, en cualquier espacio público (restaurantes, súper mercados, transporte, etc.) es común ver los integrantes de la familia con sus hijos, se sientan y se ven semblantes serios, nadie sonríe, nadie habla, cada quien está inmerso en los aparatos tecnológicos y lo que menos se practica es la convivencia familiar.

Gracias a la tecnología es posible comunicarse de forma inmediata con personas que se encuentran a grandes distancias; se puede hablarles y escucharlas, observar sus fotografías e incluso verlas en video en vivo desde la comodidad de nuestras casas. ¿Pero tiene sentido estar frente a frente en una mesa, hablando por medio del chat con el compañero?

El avance en la tecnología nos ha permitido simplificar muchas cosas en nuestra vida, pero también ha aumentado la falta de comunicación en la familia.


Las herramientas tecnológicas nos facilitan el trabajo; pero al mismo tiempo, nos crean dependencia.

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