Agua, el Petroleo de Panamá
En Panamá el agua cuesta más que: La leche, la gasolina y hasta que la cerveza. Empresas Internacionales multiplican cada día sus millones con las aguas de nuestros ríos.
Por: Edwin Rodríguez
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Las hidroeléctricas atentan contra los recursos hídricos panameños. Foto: Edwing A. Rodriguez |
El agua es un recurso esencial para los seres humanos, no debe tener ni color, ni sabor. Así lo enseñaban los maestros. Hoy es una frase que repiten los educadores a las nuevas generaciones desde hace mucho tiempo.
No obstante, la falta del abastecimiento continuo, para el uso personal y doméstico, se ha convertido en Panamá en la constante cotidiana; pero agregado a eso, hoy, tiene sabor y color.
La negación a su acceso principalmente en áreas como: Tocumen, Mañanitas, 24 de Diciembre, Pacora, Las garzas, Felipillo, cabra y San Miguelito, entre otras comunidades marginales, sumado a su insalubridad y la mala distribución son todas y cada una de ellas, factores que atentan directamente contra la vida y salud de las personas.
El agua se encuentra íntimamente relacionada en cuanto a su acceso, suministro y potabilidad, al desarrollo y bienestar de la vida en condiciones dignas de las comunidades.
Por ser un factor vital para la supervivencia humana, el acceso al agua es y debe ser considerado un derecho humano, puesto que, esto forma parte de las garantías indispensables para asegurar un nivel de vida digno y adecuado.
Tras las protestas de los hermanos Ngabe, los panameños, Hemos vivido en las últimas
Semanas un proceso creciente de toma de conciencia en torno al derecho e importancia esencial de acceder al agua y la conservación, el respeto y defensa de la soberanía de nuestros recursos hídricos.
El respeto por los derechos al agua, trasciende los sistemas políticos y jurídicos, en consecuencia, es un asunto de ética y de decencia. El agua no puede ser bajo ningún pretexto, considerada un simple compuesto, ni tampoco como un elemento importante en la elaboración de estrategias, tampoco puede ser considerada como un recurso natural renovable, ni como un bien comercial, una mercancía o un bien económico.
El agua debe ser garantizada en todos sus aspectos, su negación por acción u omisión o por falta de acciones del Estado, objetivamente atentan contra los seres humanos, sin distinción alguna.
Conceder los derechos de aprovechamiento de los ríos bajo el pretexto de que nos subirá el costo de la electricidad a las trasnacionales, de forma gratuita y a perpetuidad, dando origen al mercado de las aguas es un acto criminal que no podemos concebir, pues le estaríamos negando el derecho a nuestros hijos a disfrutar del bien más preciado que se requiere para vivir.
Prefiero pagar 30% más de luz si fuese necesario con tal de que, las próximas generaciones puedan ver un río sano, que se puedan bañar o tomar agua sin que tengan que comprar agua embotellada a un costo superior al del petróleo.
Cuando las aguas son apresadas, mueren los ríos y también mueren los pueblos. Foto: Edwing A. Rodriguez |
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