Por: Edwin Rodríguez
PUBLICADO: panatocumen
Uno de los lugares que visité en mi último viaje por Chepo fue Higueronal. Este pueblo, se localiza a solo dos horas en auto al este de la Capital Panameña.
Me hizo recordar mucho porque conozco muy bien esta Área representativa, que para el común de los mortales no es más que ese sitio donde entre otros atractivos turísticos, los monos aulladores saludan a los que viajan hacia y desde Darién, acostumbrados a verlos por allí en cada aullido, en la orilla del río.
Me pasé media juventud en Higueronal y quizás por eso, porque era territorio amigo desde mi infancia, no le había dado tanta importancia a algo que sin embargo asombra a mucha gente. En Higueronal, en auto, a pie o caballo, puedes ver muchos mamíferos y aves a tan corta distancia que los puedes fotografiar.
El pueblo de Higueronal, está a ocho kilómetros después de Tortí, y este último, se ubica en las faldas del imponente cerro la Giba del Toro, citado así, por su protuberancia al filo de la serranía, parecida a la joroba de este vacuno. Donde nace además, la cabecera de los ríos Higueronal, Tortí, Guacuco, Ipetí y el río Playa chuso, entre otros.
En Higueronal se puede ir a buscar la leche muy temprano, y no es en el súper mercado como solemos, sino mas bien, directamente de la ubre de la vaca; mientras la tortilla, está en la cazuela al calor del fogón. Al tiempo que en el camino hacia el corral de las reses puedes ver los monos aulladores, garzas, ardillas, caballos salvajes y conejos ponchos a dos palmos de distancia.
Por supuesto, esto para mí era algo natural, algo que siempre ha ocurrido en este pueblo.
Es lo mágico de este lugar que conserva una cinta boscosa por la orilla de las riveras del río donde pernotan los monos aulladores y otros animales. Lo curioso es que estos micos están acostumbrados a los pobladores y los autos que van y vienen, incluso, se les puede ver muy cerca del caserío; hay quienes dicen que, ellos, huyen de la reserva indígena para evitar ser cazados, dado que el primate consiste en uno de sus platos preferidos
Higueronal y los pueblos a lo largo de la vía a Darién están cubierto por miles de árboles de tecas que ahora vemos son de repoblación. La cubierta original de bosques nativos ha desaparecido. La transformación del bosque para potreros y el furtivismo han ido acabando con los grandes mamíferos autóctonos entre ellos el puerco y macho monte, el conejo pintado, ñeque, el zaíno y el venado, con excepción de los monos aulladores, que buscan refugio en el boscaje de Higueronal, y todas las poblaciones a lo largo de la carretera Panamericana al Darién.
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