martes, 1 de enero de 2013

Tetas: ¿Pasaporte al Paraíso o a la Cárcel?

Tetas: ¿Pasaporte al Paraíso o a la Cárcel?

Por: Edwin Rodríguez
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España es la principal puerta de entrada hacia Europa de la cocaína producida en América Latina y del hachís procedente del norte de África.  
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No cabe duda del hecho de que el primer y mejor alimento que recibe un ser humano sea brindado por medio de los pechos, a su vez que la criatura instaura una relación especial con su progenitora. Tal vez por eso los senos recuerdan una etapa feliz y un paraíso de protección y calidez maternal.

Sin embargo, los tiempos cambian. Hoy, Entre las operaciones que proporcionan mayor satisfacción a algunas mujeres, más que la lactancia, por motivos médicos o estéticos, figuran precisamente los implantes mamarios.

Colombia tiene la fama internacional de poseer algunas de las clínicas y de los expertos más renombrados del mundo en estos menesteres, por lo que este país es visitado por muchas mujeres panameñas, que sueñan con mejorar su aspecto y su autoestima.

No obstante, La compleja realidad que genera en la actualidad el narcotráfico ha constituido para dos panameñas una dramática historia cuya creatividad del crimen organizado innova con un particular método de trasegar estupefacientes, dándole a las tetas otro uso totalmente diferente al maternal, reconstructivo o estético.

Es sabido que, en el mundo del narcotráfico, una mujer hermosa se cotiza como pan caliente, pues para transportar hasta una ínfima porción de droga los traficantes recurren a la persuasión visual a través de la imagen seductora femenina.

Es así como las dos istmeñas se convierten en pioneras de una nueva forma de traficar cocaína, utilizando como medio de ocultamiento, una de las heredades más sensuales y delicadas de su cuerpo, que simboliza la fertilidad femenina.

Dos mujeres, tras una misma razón. Las ansias por conseguir el dinero fácil, que supuestamente las ayudaría a cumplir su sueño. Son personajes reales cuyas vidas y muertes se convierten en testimonios de una especie de barbarie contra sus cuerpos sin límites ni solución.

En efecto, la odisea comienza cuando la primera panameña fue detenida por la policía española en el aeropuerto de Barcelona, procedente de Colombia cuando llevaba implantadas 2 prótesis mamarias rellenas con 1,3 kilos de cocaína; no había terminado de darle la vuelta al mundo esta noticia cuando detienen otra compatriota que lamentablemente, según reportaban los medios, se encontraba entre la vida y la muerte en un hospital de Antioquia, Colombia, tras ser detenida en el aeropuerto de Río Negro, con dos bolsas de cocaína en sus senos.

Estas dos jóvenes panameñas, nunca imaginaron que, al contrario de lo que ellas creían, sus narco prótesis no se iban a convertir en el cielo de su felicidad sino en su tragedia personal y su infierno. Estaban buscando el paraíso con las tetas y encontraron el castigo que significa una cárcel o en el peor de los casos una eminente muerte.

La detención de las acémilas con supuesta cocaína en las tetas marca posiblemente, el inicio de una dramática situación moral y cultural que tendrán que vivir en adelante las panameñas decentes que a la hora de viajar serán estigmatizadas y puestas bajo la lupa de los controles de seguridad en todos los aeropuertos del mundo.

Surge, pues, la interrogante sobre si estas historias están reforzando un modelo de mujer en la sociedad panameña, o si simplemente refleja una cruda realidad. Lo cierto es que cuando las jóvenes no tienen un proyecto de vida, valores bien cimentados, se convierten en objetivo de los carteles, donde lo único que importa es el dinero a cualquier precio, sin reflexionar en las consecuencias que conlleva semejante aventura.

Empero, no se trata de criminalizar, lapidar, ni juzgar a la mujer por el solo hecho de serlo, porque en el delito del narcotráfico los hombres doblan a las damas, sino que la mujer y sus senos tienen un sentido particular, sagrado, natural, lleno de pureza que las reviste de una fuente original de vida y amor.

En definitiva, estas dos historias es solo la muestra de cómo el narcotráfico ha creado a su alrededor una cultura de que siempre puede haber dinero fácil para todos, sólo hace falta tener coraje y estar dispuesto a lo que sea. Lamentablemente, son dos panameñas que no vieron otro camino al paraíso que la inmersión en un mundo que, tarde o temprano, tristemente les acabaría cobrando un precio demasiado alto,  más allá de las fronteras de Panamá.

Las arrestadas presentaban dos heridas incisas abiertas en la parte inferior de cada uno de los senos.

Las "Muñecas del Cartel" y "sin tetas no hay Paraíso" reflejan el grado de influencia que en muchos casos ejerce este tipo de series en algunas personas.
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