Día
Internacional Del Trabajo
1
de Mayo
El Trabajo Dignifica
Al Hombre.
El Día internacional de
los Trabajadores, el Primero de Mayo, es la fiesta del Movimiento Obrero
Mundial.
Hoy, en la industria y
en la agricultura la actividad del hombre ha dejado de ser, en muchos casos, un
trabajo prevalentemente manual, ya que la fatiga de las manos y de los músculos
es ayudada por máquinas y mecanismos cada vez más perfeccionados. No solamente
en la industria, sino también en la agricultura, somos testigos de las
transformaciones llevadas a cabo por el gradual y continuo desarrollo de la
ciencia y de la técnica. Lo cual, en su conjunto, se ha convertido
históricamente en una causa de profundas transformaciones de la civilización, desde
el origen de la “era industrial” hasta las sucesivas fases de desarrollo
gracias a las nuevas técnicas, como las de la electrónica o de los
microprocesadores de los últimos años.
El día Internacional del Trabajo, Desde su
establecimiento en todos los países por acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1889 es una jornada de
lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago que fueron
ajusticiados por su participación en las jornadas de lucha por consecución de
la jornada laboral de ocho horas que culminaron el la huelga del 1º de mayo de
1886 en los Estados Unidos (EE.UU.), hecho que fue el origen de que dicha
celebración se lleve a cabo es esa fecha.
Curiosamente en EE.UU.
no se celebra esta conmemoración el 1 de mayo. Allí celebran la Fiesta de los
que trabajan el primer lunes de septiembre que se viene celebrando desde 1882 a
propuesta del dirigente Peter J. Mac Guire de la Central Labor Unión. Esta
celebración ha sido apoyada e impulsada por los patrones y gobierno para
eclipsar sentido real del 1º de mayo.
Los hechos que dieron
lugar esta celebración están contextualizados en los albores de la revolución
industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la segunda
ciudad de EE.UU. Del oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril
miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que
albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos
acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.
La
reivindicación de la jornada laboral de 8 horas
Una de las
reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de 8 horas. El
hacer valer la máxima ocho hora para el trabajo, ocho horas para el sueño y
ocho horas para la casa. En este contexto se produjeron varios movimientos, en
1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la
jornada de ocho horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más
de 18 horas, salvo caso de necesidad. Si no había tal necesidad, cualquier
funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista
o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25
dólares.
La mayoría de los
obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, pero
tenía más preponderancia la American Federation of Labor (Federación
Estadounidense del Trabajo), de origen anarquista. En su cuarto congreso,
realizado el 17 de octubre de 1884, había resuelto que desde el 1 de mayo de
1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de ocho horas. En
caso de no obtener respuesta a este reclamo, se iría a una huelga. Recomendaba
a todas las uniones sindicales a tratar de hacer promulgar leyes con ese
contenido en todas sus jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de
todas las organizaciones, que veían que la jornada de ocho horas posibilitaría
obtener mayor cantidad de puestos de trabajo (menos desocupación). Esos dos
años acentuaron el sentimiento de solidaridad y acrecentó la combatibilidad de
los trabajadores en general.
En la
época del “trabajo” cada vez más mecanizado, el sujeto propio del trabajo sigue
siendo el hombre.
Foto: Edwing A. Rodriguez
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