sábado, 11 de agosto de 2012

No se puede Vivir sin Comején



No se Puede Vivir sin Comején

¿Qué pasaría si no tuviéramos comejenes en nuestros bosques?


Los nidos de los comejenes son hechos con madera masticada y cementada con “goma” fecal.
Foto: Edwin A. Rodriguez 

PANAMÁ. Aunque en nuestras casas los comejenes son muchas veces un verdadero dolor de cabeza, sin ellos, en aquellos bosques secos donde la baja humedad limita la abundancia y distribución de hongos descomponedores de madera, pronto estaríamos hasta las narices de celulosa en forma de esqueletos de cactus, yerbas y madera de árboles muertos.

Esto significa que Eventualmente quedarían pocas plantas para producir alimento para el hombre y los animales.

Según estudios, en Panamá, Existen 45 especies distintas de comejenes, 13 de las cuales son consideradas como plagas.

Los comejenes, Son un grupo de insectos sociales que construyen nidos llamados termiteros.

Los comejenes son insectos eusociales, esto quiere decir que viven en colonias donde diferentes grupos de individuos están dedicados a diversas labores para el beneficio común de la colonia. Por estas razones, los isópteros se encuentran divididos en castas: Reproductores, soldados y obreras.

Los reproductores, son todos aquellos individuos alados que se convertirán en los futuros reyes y reinas y que fundarán una nueva colonia.

En tanto, la función  de las obreras en el nido son recolección de alimentos, construcción y mantenimiento de nidos y túneles, cuidar y alimentar a los jóvenes y adultos que no se alimentan por sí mismos como los soldados y la pareja real.
Mientras que,  los soldados tienen como función la defensa del nido, para ello poseen mandíbulas y/o glándulas de defensa. Además pueden actuar como forrajeadores hacia una nueva fuente de alimento, reclutando posteriormente a las obreras para la explotación del mismo.

Los comejenes viven en colonias que pueden alcanzar hasta los 3 millones de individuos.

 En cada colonia, la reina es la única que pone huevos. La mayoría de estos insectos carece de alas pero durante la época de la reproducción algunas desarrollan estos órganos y abandonan el grupo para formar colonias propias.

Muchas de estas especies construyen colonias en forma de montículos a nivel del suelo; mientras que otras se les pueden ver en los troncos y ramas de los árboles, también algunas variedades de comejenes prefieren la vida subterránea.

Pero aunque usted no lo crea, los comejenes tienen una función ecológica muy importante en este mundo.

Los comejenes o termitas juegan un papel importante en el proceso de descomposición en los ecosistemas, el cual consiste en el reciclaje de la celulosa, substancia pobre en nutrientes, muy resistente y extremadamente abundante.

La celulosa es el componente estructural de las células de las plantas y es el compuesto orgánico más abundante en el mundo.

Los comejenes no producen celulasa (enzima que digiere la celulosa), pero la mayoría de los mismos albergan bacterias y protozoarios en su sistema digestivo en una relación mutualista de beneficio para ambos.

Las termitas que construyen montículos remueven grandes cantidades de tierra en los suelos duros y poco fértiles, con lo que contribuyen a la aparición de pequeñas plantas que pueden alcanzar el tamaño de arbustos y pequeños árboles.

Los comejenes desmenuzan la celulosa mecánicamente al morder y masticar la madera.
Entonces los microorganismos en sus intestinos la descomponen en azúcares, los cuales son absorbidos por el intestino de los comejenes.

Sin el trabajo de los comejenes no habría espacio para el establecimiento de nuevos semilleros de plantas ni nutrientes para mantener su crecimiento.

Por tanto, todo el espacio sería ocupado por residuos de celulosa seca y sin reciclar, y todos los nutrientes estarían contenidos en este material de manera no disponible para las plantas y el suelo.

Sin plantas que fijen carbono para producir alimentos, la mayoría de los animales desaparecería. Por lo tanto, sin comejenes todo el ecosistema del bosque seco simplemente colapsa.

 La parte externa del nido es suave, pero a medida que se descubre el interior, es cada vez más duro.
Foto: Edwing A. Rodriguez 


Los comejenes se alimentan de troncos muertos, hojas secas y otras materias orgánicas.
Foto: Edwing A. Rodriguez 

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